IoT y las energías renovables.
La caída de los costes de la producción de energías verdes es una buena noticia para la transición energética. Sin embargo, todavía quedan muchos retos por resolver en el camino. Para superarlos, el papel de la tecnología y, en particular, internet de las cosas, es fundamental. No en vano, IoT ya ha sido una de las grandes palancas de cambio que han hecho posible la evolución del sector en los últimos años.
De acuerdo con el informe ‘Internet of things, innovation landscape brief’ de IRENA, la tecnología IoT tiene el potencial de contribuir en la generación, el transporte, la distribución y el consumo de energía. En las cuatro fases, la conectividad y los datos permiten ganar en eficiencia y, por lo tanto, ser más sostenibles y más baratos. Según el informe, internet de las cosas permite:
- Anticipar y predecir la producción de energía renovable. Gracias a los datos en tiempo real de las plantas, por remotas que sean, y a datos históricos, cada vez los pronósticos de producción son más precisos.
- Automatizar el control de las plantas de energía. Contar con mejores datos sobre la producción permite automatizar la gestión de las plantas, ajustando la producción en tiempo real y eliminando las interrupciones en el suministro.
- Mejorar la gestión de la red eléctrica, ganando estabilidad y fiabilidad. La gestión de la red eléctrica, la infraestructura que conecta los puntos de producción con la distribución y el consumo, es uno de los puntos más complejos del sistema. De nuevo, los sensores IoT permiten conocer el estado real de la red, gestionarla de forma más eficiente y, a la larga, automatizarla.
- Desplegar redes inteligentes, descentralizadas y distribuidas. La tecnología IoT permite integrar diferentes fuentes de energía renovable intermitentes y sistemas de almacenamiento. Esto hace posible una gestión descentralizada, inteligente y distribuida de la red, que se apoye en energía generada localmente y que reaccione a la demanda.
Esto puede permitir, a la larga, la creación de microrredes eléctricas completamente autónomas, donde los sistemas consumen la energía que generan. - Gestionar la demanda de forma inteligente. En el apartado del consumo, internet de las cosas ya lleva tiempo cambiando el escenario. Desde los contadores conectados hasta los enchufes, bombillas o termostatos inteligentes, IoT está permitiendo aumentar la eficiencia en el consumo.
- Optimizar la gestión completa de la cadena de suministro. Monitorizar en tiempo real la generación, el transporte, la distribución y el consumo de energía permite conocer con detalle la cadena de suministro energética, detectar los puntos a mejorar y optimizar su gestión.
- Mantenimiento predictivo. Más allá de la gestión de la producción y el consumo, el mantenimiento predictivo es otra importante fuente de eficiencia y ahorro para el sector. Tener cada placa fotovoltaica y cada aerogenerador conectado a internet permite anticiparse a averías grandes que pueden poner en jaque toda una planta y planificar las reparaciones para minimizar su impacto en la producción.
En definitiva, la digitalización y la mejora de las tecnologías son en gran medida responsables del abaratamiento de las energías renovables. Además, presentan importantes ventanas de mejora en el futuro, aumentando las oportunidades y reforzando la confianza de inversores y consumidores en una forma más sostenible de producir electricidad.